Lobbie lleno = Desorganización evidente

Casualidad, fui a un evento en la Alcaldía de Santo Domingo Este y no solo fui en balde, sino que había otro… unas de esas donaciones que necesitan ser fotografiadas y casi entré al Olimpo… sin pretenderlo, solo arrastrado por la ola (la oficina del Alcalde), no sin varios «asombros».

Para llegar, vi «n» caras, unas conocidas, otras no, pero en realidad, demasiadas caras… tal vez el momento, pensé.

Sin embargo, en el lobbie encontré con personas que llevaban, por una razón u otra, mucho tiempo esperando y eso es inaceptable, a no ser que fuere por «fuerza mayor», y no era el caso

En el lobbie de la Alcaldía, igual, el espacio de las «recepcionistas» sin cumplir distanciamiento, casi una encima de la otra mientras que en los pasillos deambulaban de aquí a allá los que ya no cabían, seguro, esperando a alguien, los sillones del primer piso.

Luego de «bajar», volví a subir al requerimiento de un amigo funcionarios y fue entonces vi que las oficinas aledañas estaban igual, en «fila» de espera y por donde quiera que pasaba la vista, veía lo mismo: demasiada gente.

Alérgico a la espera, creo en la organización, las citas, las horas, la puntualidad y es claro que mi día hoy lo acompaño lo contrario.

Un equipo de un funcionario no es eficiente por la cantidad de gente que le rodea, sino por la poca cantidad que lo espera. El control del tiempo acompaña al respeto al horario de las citas, del que se toma su tiempo porque se planificó que tal día, a tal hora, seria atendido… salirse de la cita es desorganización, mucho, caos, aunque la palabra rasgue el irrespeto o la dureza de su significado en diccionario.

Claro, afuera, se está trabajando incansablemente aun la información no se sirva como se debe, pero el que para ver al alcalde se tenga que hacer esperas e incluso, tumulto, da señales inesperadas e inaceptables.

Claro, seguro, que antes de los 100 días se verá una alcaldía donde las citas funcionen… pero hoy… hoy no fue el día.

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