Santo Domingo Este es un territorio complejo. Construido por etapas y atrapado por la desorganización y la falta de planificación en el crecimiento. Repleto de barrios construidos por invasiones, incluso edificios hechos por el gobierno que hoy permanecen invadidos, otros barrios fueron producto de traslados de poblaciones completas de un lugar a otro… cada barrio, cada zona, presenta sus propias complejidades.
Décadas de abandono han seguido a su nacimiento desordenado y continua.
En épocas del gobierno de Domingo Batista, el fallecido «Juancito» le etiquetó como «Domingo Basura» ante la imposibilidad de este de hacerse cargo del municipio, pero luego el mismo De los Santos no solo hizo para su las compañías recogedoras de basura sino que se inventó un plan, «Limpia», que no sirvió… dejando endeudado el municipio hasta el día de hoy, mientras que el actual alcalde sortea la situación para señalar «a su juicio» quien debe recoger la basura y aunque se nota mejoría en amplias zonas, hay otras que se burlan del alcalde… no para la alcaldía esa zonas no están en el mapa.
En campaña, los candidatos, todos, acudieron a lo que Juancito le llamaba «el negrito», que no es más que el asfalto, pues este tenia el convencimiento que por mal que alguien estuviera en las encuestas con el asfalto los «numeritos» se ponían a su favor.
Los males sociales de Santo Domingo Este han pasado de una mano a la otra, sin que el presupuesto sea suficiente, ni los alcaldes han estado verdaderamente conscientes de cómo unirse a la desorganizada población para pelear juntos, a sabiendas de que los males son mil veces más grandes de las posibilidades y recursos que se cuentan.
Sabiendo esto, todos los alcaldes han procedido a la identificación de los «lideres» barriales, los han convertido siempre que pueden en presidentes de Juntas de Vecinos que, en gran parte, obedecen a los designios de la misma alcaldía en alianza, y los «otros»… pues quedan minimizados, a veces desorganizados y excluidos.
Tanto así, líderes comunitarios han pactado con las autoridades en detrimento de las comunidades e incluso actos de evidente y descarada corrupción se hablan por los barrios, donde se implican desde autoridades corruptoras, lideres barriales aprovechados y objetivos malogrados, por la corrupción.
Luego, llegan los de siempre, los políticos, abiertos y solapados, a asaltar las presidencias de las Juntas de Vecinos, los movimientos sociales, las Org, llenando de fotos insípidas de entregas de canastillas o fundas de comida del gobierno, hasta entrega de un candado, muchas veces recursos que no son de ellos sino solo sus mensajeros… los políticos son, en esencia, los que han prostituido junto a otrora lideres barriales la conciencia colectiva, para llevarla a conciencia particular.
Hoy las luchas sociales son arropadas por personas que se definen como comunitarios pero se visten como políticos, o mueven a su gente con objetivos de movilización política partidaria o grupal más que por la preocupación de los males que afectan a la comunidad.
Dicho así, toda lucha que contenga evidencias de oposición no será vista como seria desde las instituciones que deben cumplir, sino como manifestaciones de oposición política.
Todo comunitario que vista, o saque carteles partidarios de grupo alguno, estará haciendo daño a las luchas comunitarias y a su comunidad en específico.
La política ha dañado las luchas sociales, corrompiendo los objetivos y el poder… el poder, en su trono, burlándose de la falta de tino de sus oponentes.
La conciencia social la proveen quienes tienen en su destino guiar multitudes y si ellos se dañan, o no entienden el proceso, así de dañado será el logro de los objetivos comunitarios.
