Ludwin y el cómo hacer política decente

Nunca lo escuchas alzando la voz, ni atacando a sus compañeros, ni alardeando de sus condiciones, su perfil es bajo, pero a la vez, constante y, contra viendo y marea, Ludwin Alvarez se posiciona incluso por otros que históricamente poseen caudal de votos, historial de «apellidos» y otros aparentes atributos que «eran» los que ganaban elecciones.

No, es claro que Ludwin no está solo, es parte de un equipo político más allá de él, pero que, observando la forma en que hace la política, en que se prioriza el contacto 1 a 1, aun con algunas vallas a destiempo y otras no aplicables en el accionar de estos tiempos, es una muestra de las formas, sino nuevas, que se imponen, de buscar sumar seguidores en un ambiente plagado de irregularidades y asaltantes hasta del ruido ambiental con los molestosos y obsoletos discoligths.

Ludwin avanza, quitando cebo de los palos de otros que miraron un poco con desprecio sus eventos y hoy, al aparecer algunas creíbles encuestas, de esas que no publican los medios, simplemente, no saben qué hacer.

Ha sido de los promotores de la recuperación de las escuelas laborales en el municipio y la buena utilización de estas, junto a su accionar en INAPA, como funcionario público con excelente y limpio desempeño.

No escucharás de Ludwin un ataque contra nadie, no escucharás siendo el promotor de criticas a sus adversarios, no obtendrás que alce su voz de forma descompuesta o enviando sicarios a las redes y medios chatarra a agredir a alguien, sino todo lo que veras es el «combate con acciones», vendiendo su imagen de «candidez» que, contrariamente a lo esperado, está causando efectos no esperados.

No, este no es un artículo de aplausos y menos, «ludwinista», es, como medios, advirtiendo que la política cambió y que la competencia electoral amenaza con convertirse en cementerio de los que tradicionalmente la ejercían.

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