El PLD no admite rebeldías, hay que marchar con el candidato presidencial, obligado y a destiempo.
Gonzalo Castillo necesita tiempo, aunque Mayo esté lejos, está abajo en las encuestas y cada día cuenta… lo saben.
Sin embargo, Luis Alberto lucha arduamente por poder alzarse en el podium en un contexto bastante complejo, donde recibe apoyos de grupos no muy numerosos, otros cuestionables, pero se alza con un sector externo en crecimiento y equipos políticos entregados completos a tratar de ayudarle a llegar a la meta.
Desde el gobierno central han bajado la línea de ayudar a Gonzalo, venderlo, y ello arrastra con disciplina partidaria a Luis Alberto, acorralándolo en la imposibilidad de no poder decir que no al candidato presidencial aunque ello le perjudique.
En la marcha caravana de Gonzalo y Luis Alberto estuvo casi ausente la propaganda del candidato a alcalde y el personal que organizaba excluyó a la militancia que se quedó relegada, tratando a veces de sacar la cabeza frente al desconocimiento del candidato presidencial y su equipo invasor de los espacios del militante de SDE.
La venta de la figura de Gonzalo llegará, pero este, no es el momento, su aparición, en el mejor de los casos, es indiferente.
Desde lo estratégico, muchos se preguntan si es que elementalmente no se dan cuenta que faltan solo pocos días para la competencia electoral municipal y que mostrar a alguien con quien no te suma y peor, con quien te resta, debe evitarse a toda costa.
Luis Alberto está en una gran encrucijada y en realidad, no se lo merece.
