Como un hombre noble y de buen corazón, entregado a su familia y de fe cristiana, así será recordado por sus familiares y vecinos el teniente Luis Pérez Ruiz, quien fue ultimado de un disparo en la cabeza para supuestamente despojarlo de su arma de reglamento en el barrio Cancela, del sector La Ureña, en el municipio Santo Domingo Este, provincia Santo Domingo.
Era imposible que los familiares y vecinos cercanos del teniente no se afligieran al hablar a Diario Libre sobre la vida de Pérez Ruiz, a quien calificaron como una persona sencilla y de alma noble que fue víctima de las acciones criminales y delictivas que afectan República Dominicana.
Pese al poco tiempo que disponía por asuntos de trabajo, el oficial resaltaba en la comunidad, debido a que buscaba la manera de ayudar a aquellas personas que lo necesitaban sin esperar nada a cambio.
Luis Pérez Ruiz, de 42 años, fue ultimado por desconocidos mientras se disponía salir de su residencia. Salió como de costumbre a la 5:00 de la mañana del miércoles 15 de marzo cuando fue sorprendido con un tiro en la cabeza para, según su familia, quitarle su arma de fuego.
El oficial era oriundo del municipio de Las Salinas, provincia Barahona, y por razones laborales vivía en el sector junto a uno de sus tío.
Tío: “No hay cómo comparar a ese hombre”
Diosito Cuevas, tío del fallecido, vive a pocas cuadras de la casa donde se estaba quedando el teniente. La mañana del miércoles 15 de marzo, alrededor de las 5:00 de la mañana escuchó unos disparos, sin embargo, como su familiar estaba dentro de la casa no se preocupó por saber lo que pasaba. Indicó que nunca imaginó que su familiar era la persona que estaba en el pavimento.
«Ocurrió a las 5:00 de la mañana, yo escuché cinco tiros y le dije a la esposa mía, oye more esos cinco tiros, pero como mis hijos están aquí toditos no voy a pendenciar para allá, pero no sabía que era un familiar mío que me habían matado»Diosito Cuevas Tío del teniente “
Mientras miraba la mancha de sangre que todavía, a ochos días del suceso, queda en el lugar donde el teniente fue asesinado, Diosito contó que el tío que residía con él fue quien lo tomó en sus brazos y que en medio del dolor y desesperación encendió el carro para llevarlo a un centro de salud, pero Luis Pérez murió a pocos minutos del impacto.
Al recordarlo, a Cuevas se le aguaban los ojos hasta no poder evitar que se le salieran las lágrimas, de las que dijo eran de impotencia y de dolor tras desaprensivos quitarle la vida a su sobrino.
Cuevas agregó que Pérez Ruiz dejó cuatro niños en la orfandad, por quienes “vivía cada día” y se levantaba con ánimos a trabajar para poder sustentarlos. Su esposa y sus hijos viven en Las Salinas, Barahona.
“Él era demasiado bueno, no hay cómo comparar a ese hombre. Ese era un hombre que venía a las 6:00 de la tarde de su trabajo y se quedaba sentado ahí y a las 5:00 de la mañana se levantaba para su trabajo. Un hombre de una familia, buen padre, que nunca se separó de sus hijos. Era un hombre bueno con todo el mundo, no hay con quién compararlo”, manifestó Cuevas.
Era discreto con su arma de fuego
Según Diosito Cuevas, el fallecido usaba casi siempre ropa de civil, por lo que pocas personas sabían que era oficial del Ejército, que trabajaba para la Presidencia y que cargaba consigo un arma de fuego.
Pide justicia: “Presidente los delincuentes le están ganando”
El dolor que siente su familia tras las autoridades no tener ninguna persona apresada, pese a que en algunos videos se observan a los responsables que ultimaron al oficial, lo llevó a darle golpes a una pared, donde figuran tres imágenes en honor a Luis, para pedir justicia.
Cuevas pidió justicia al presidente de la República, Luis Abinader ,y al director de la Policía Nacional, Eduardo Alberto Then, para que el caso de su sobrino no quede impune.
Advirtió que ante el accionar “deficiente” de los agentes del orden, será parte de las razones por la cual saldrá del Gobierno para no volver.
«Presidente de la República, los delincuentes le están ganando la guerra a usted, se la están ganado y los mismos policías son los que lo van a quitar a usted”, expresó molesto.
Agregó: “Todavía la Policía Nacional no ha dado con el paradero de los responsables, le pido al director de la Policía, Eduardo Then, a Jesús –Chu- Vásquez y al presidente de la República que trabajen el asunto de eso, porque eso no se puede quedar impune, porque hoy es por nosotros los familiares, pero mañana puede ser por el mismo”.
Comunitarios lloran la muerte del oficial
“Era una bella persona, es una pérdida, es imposible hablar y no llorar por él”, indicó Fátima Aquino, vecina de Luis Pérez Ruiz, quien sostuvo que el teniente era una persona buena y que en su tiempo libre buscaba la forma de compartir con sus hijos.
Otra vecina cercana, quien pidió no ser identificada, lloraba al mirar la casa y ver las imágenes en la pared de la residencia de Luis y algunos velones que encendía en conjunto con la comunidad para pedir justicia.
“Desde ese día no dormimos en paz. Cada vez que pienso en ese muchacho me lleno de dolor porque él era bueno, una persona buena de verdad, de esas que ya no hay”, indicó al mirar sus fotos detenidamente y aun en el asombro por el hecho.
Mientras que Guillermina Valdez indicó que Luis era un buen vecino y que desde que llegó fue muy querido en el lugar.
Sector La Ureña “está abandonado”
Ante el accionar delictivo en el sector La Ureña, la señora Fátima Aquino manifestó que el tema delincuencial es algo “que se nos gasta la saliva de hablar”, al considerar que las autoridades de la Policía Nacional no hacen los esfuerzos necesarios para combatirla.
Aseguró que en la zona no hay seguridad y que tienen que entrar a sus casas temprano ya que los desaprensivos actúan a sus anchas por el barrio.
El presidente del Club Deportivo y Cultural del sector, Jesús Reyes, indicó que en más de dos ocasiones ha enviado comunicados al Gobierno y a la propia Policía Nacional para que tomen control del lugar, al sentir que “se les salió de las manos”.
Entiende que para erradicar el problema delincuencial de la zona hace falta una mano dura y colocar una cancha y un multiuso para trabajar con los jóvenes de la comunidad.
Además, denunció que en la dotación policial del sector La Ureña no hay los recursos necesarios para combatir la delincuencia. Indicó que a través de comunicados ha solicitado más personal policial, motores y al menos un vehículo para los patrullajes.
Aseguró que una banda compuesta por más de 20 personas es que están controlando el sector y que los oficiales del destacamento se hacen “de la vista gorda”.
Los familiares y allegados del teniente del Ejército le realizarán una oración este viernes, a los nueve días de ser ultimado. La celebración cristiana se llevará a cabo en su pueblo natal de Las Salinas, provincia Barahona.