O lo aman o lo detestan… no en el medio.
Le pregunto a un jóven… ¿ cuál es tu partido ?, y me responde: Manuel Jimenez… yo soy manuelista…
Manuel Jimenez llega a la alcaldía llevado de la mano de un pueblo que como parte de la ola de agotamiento contra lo establecido, además de estar inscrito en un partido grande, lo declara vencedor.
Pero esa ola ya pasó, el agua se retiró y cada día todo cambia, cada hora, cada minuto, lo valido ayer no será mañana… los aliados de ayer, no lo serán mañana, los tuyos hoy, pueden o no, serlo mañana.
Manuel derrota primero a su oponente dentro del PRM, luego que este a su vez sentara a los otros competidores y así, en caravanas donde todos tenian que comprarse su agua, aplasta al gobierno del asfalto, el plan social de la presidencia y bancas incluidas.
Sube. Justo el primer día declara que no escuchará Chismes y Sandeces por lo que más que todo declara cual a partir de ahi seria su tiempo de lectura, descartando crónicas y hasta medios identificados como adversos o peor, difamadores, por él o al menos, de oposición.
Ya en el podium del 4to piso su teléfono se pone en «nadie se comunica con él» y los métodos para verlo se hacen diferentes, hasta complejos, hasta imposibles. Sabe que siendo alcalde vendrán hasta los contrarios a «verlo» y los anillos convertidos en muro, como antaño con otros, no tardaron en surgir.
Manuel, desde justo el primer día y a sabiendas que muchos llegar al poder a servirse, plantea políticas de auteridad y se «cuadra», hasta las puntas, no dejando endija a «hacer lo mal hecho».
El poder es dificil, mientras eres candidato tienes tiempo para atender «gente» y si no lo inventas pero, ya funcionario, el tiempo se recorta y nuevos peligros asechan además, las relaciones con sus «cercanos» cambia… pasa a todos los que mutan de candidatos a ganadores así como a los perdedores todos les cuelgan los teléfonos… es el mismo proceso, pero al revez.
Pronto la exterminación de botellas crea nuevos enemigos, gente que dice que «se la jugó por él» pero no lo conocian, en un gobierno de Jimenez no hay botellas y quien soño con mantener el status cuo, proteger su botella se vieron con un sueldo cebolla pero que hay que asistir y ahi mismo, se viran.
La basura persistirá, la recogeran pero se seguirán creando las montañas de estas hasta que se normalicen la cantidad de camiones, la recogida y las multas a los que la tiran en la calle, el tema comunitario se irá ajustando a medida que se sinceriza, dejando a algunos históricos aprovechadores como obsoletos, los espacios públicos seguirán obteniendo victorias rescatando espacios invadidos para luego, crear conciencia… poco a poco se espera, seguro se esperan, avances significativos.
Manuel, como el resto, adquiere una ciudad con COVID y sin presupuesto.
Crear una ciudad es dificil, organizar el caos que incluye la acostumbrada indisciplina y los vividores de ese caos, es aun más dificil.
El tiempo post elecciones es extraño pues muchos no calculan que es solo el comienzo de un mandato que son casi una vida, cuatro años y aunque los adversarios dicen pasan pronto… es demasiado tiempo.
Cancelaciones, protestas por empleos, reclamos justos de que se arreglen los problemas que en 30 años no se han arreglado, falta de comunicación brutal y un alcalde incomunicado, esfuerzos por resolver problemas, intenso trabajo de algunas direcciones y otras «dando vueltas» e incluso «trabajando pal’ contrario», han matizado estos primeros meses manuelistas.
Los que adversaron y adversan a Manuel sacaron unos prematuramente la cabeza y otros recien se dan cuenta de que no cede a presiones y menos a chantajes por lo que la forma de tratarlo, debe cambiar.
Manuel tiene su plan y con ello un guión en el tiempo que, a pesar de altas y bajas, parece si bien no ha sido positivo del todo, va segun «el plan» y lo que el COVID deja hacer.
Todavia a meses, los funcionarios se han ido «mudando» a medida que Luis Abinader los ubica mientras aliados de Manuel esperan o desesperan y este, calmado, toma relajado su café mañanero todos los días.
Un funcionario posee etapas y la primera es la del asombro… luego, conoces el contexto, tratas de resolver problemas urgentes mientras vas arreglando tu casa a tu forma hasta que luego, todo en orden, vives como debe de ser. Gobernar es lo mismo… la Alcaldía de Santo Domingo Este aun no termina incluso de limpiar la nómina, de encontrar inventarios perdidos, de tapar las mafias de la corrupción instaladas desde antaño y aun existen. Gobernar es un camino en el cual la prisa hace cometer muchos errores e ir al paso trae desamores.
Manuel tiene deudas políticas, y no son pocas; en su caso, más dificil, pues son muy diversas y algunas se saben pero muchas no. Entonces, no todos serán capaces de esperar por Manuel, quien si se ha mostrado muy lento en entender que el inquilino de Cancino no es el mismo que el del 4to piso… de los «suyos» o al menos los que le ayudaron a escalar, unos se desesperaran y comenzarán a apostar a cambiarlo para el 24 y otros seguirán pensando que más allá de reuniones, de anillos que cuan guardianes creen que se debe hablar con ellos para hablar con el Don, y vigilantes, a sabiendas que es dificil el tema de los Clones, esperaran… ojalá, no por mucho tiempo la llamada necesaria.
El control del tiempo, los llamados momentums es crucial en política y a decir del propio Manuel Jimenez todo debe suceder ni antes ni después sino justo cuando debe suceder… lo dificil es saber cuando es el momento que debe ocurrir un evento.
Aun cuando el guión de Manuel marcha bien incluso con los odiadores, adversarios y candidatos a alcalde prematuros, ilusos y hasta posibles siempre existen aunque él sea impoluto, trate de serlo o se hasta crea serlo.