Manuelistas, AntiManuelistas y los ciudadanos empoderados.

Los que se dedican a la política y los políticos son el 1% de la población… hacen mucho ruido, la prensa aun no madura esta pendiente a ellos pero en realidad, lo importante, son el resto de la población que, a veces por gracia y otras por desgracia, terminan administrando los políticos.

¿ Qué es la política ?. ¿ A qué se llega a la política ?

El ejercicio político según lo practicaban los grandes, incluyendo a Bosch, esta en el servir al pueblo y todos esos textos que, bien escritos y mejor leídos llevan al ser humano al ámbito de soñar que el mundo que podremos construir en el corto período de vida que tenemos.

Sin embargo, la realidad es otra y es peor aun en un país que comienza a, gateando, aprender de política, saliendo de dictaduras y quien vez que los tres grandes que marcaron época dieron paso a la impunidad desmedida, a la construcción del cliente o consumidor en vez de al ciudadano y a la cultura del «dame lo mio» y después hablamos.

Es «normal» ver a políticos anteponer sus necesidades o ambiciones personales antes que el beneficio del pueblo a quien se deben y es raro, demasiado raro, que asuntos de carácter conceptual y menos aun, éticos, provoquen debates e incluso, renuncias.

La irrupción del señor Manuel Jimenez en la política es demasiada extraña y aunque hoy no está solo en el club de los no comunes, nos referiremos hoy, solo a él.

Manuel llega a la política de un PLD que ya venia en decadencia luego de haber apoyado, por una razón u otra los gobiernos morados incluso con sus políticas de anticiudadania en la surge él, según las leyes que promovió, andaba como peje fuera del agua legislando quimeras.

Es ese PLD el que le trunca su paso a ser el candidato no dejandolo competir en el 2016 eligiendo al alcalde de turno que estaba tan ajeno a la ciudad que hasta de ella se había mudado para una suntuosa torre en la avenida más cara del distrito, del otro lado del río, dejando a los «santodomingoestedianos» «en lo suyo».

El hoy alcalde, renuncia y su carta a Bosch constituye un documento lapidario y nostradamutesco de lo que a solo cuatro años despues le pasaría al partido morado y por que no, a toda la clase política dominicana.

El 2016 fue un año duro, que marcó un antes y un despues en Santo Domingo Este porque se produjo el gran fraude eleccionario que recordamos pero que por desgracia, era el modus operandi no solo en las elecciones internas de ese partido sino en los demás del sistema… Manuel «pierde» frente a Alfredo Martinez en unas elecciones que marcaban el desastre institucional que al final desembocaría en lo que vimos a finales del 2019 y principios del 2020.

Jimenez sale convencido de que el actual modelo político dominicano es una gran trampa donde los chiquitos, a quien no se les permite tener presentación en los recintos electorales y menos, delegados, están llamados a sucumbir frente a la trampa de los grandes que al final terminan pactando en una orgía de complicidad una ley de partidos donde cortan de raíz cualquier posibilidad de fenómenos bukelecianos o del tipo Castillo en Perú o algún «extraño populista» para que los grandes sigan en sus fiestas de democracias cuasi dictadoriales de las castas en concierto a dos manos… casi hoy, a tres.

En este contexto, frente a la presión de unos y adversión de otros, Manuel entra en el complejo mundo del perredeismo…. perdón, perremeismo, a lidear con piramides inexistentes de insticucionalidad pues en el Partido Revolucionario Moderno… nadie manda… cada grupo ambiciona y lucha, hasta la muerte, a veces ciegamente, sin piedad, por su gente aunque el partido se hunda en el descrédito, así funciona.

Manuel, a sabiendas que los tiempos venían duros y que si ganaba sería más duro, comienza su vida dentro del PRM con conflictos incluso, el mismo día de su inclusión en el partido con oposiciones tan fuertes como desde la secretaría general del mismo pues, la nombrada, escribió en su cuenta de twitter algo más o menos así: «bienvenido el compañero manuel jimenez, ahora tendra que ganarse la candidatura» y, aunque es posible que aquel twit que debo tener enroscado en la hemeroteca no sea literal su interpretación kindergarden le anunciaba que ese segmento de poder, en teoría, apoyaba a sus contendientes a la candidatura.

Mientras los otros se alineaban, unían, todos contra él, y se mofaban de records de adhesiones a su equipo, Jimenez, casi callado, avanzó hasta un contundente triunfo de sacar el doble a su adversario, logrando ser el candidato.

La historia de la campaña es bien sabida, así como la apuesta del actual presidente Luis Abinader por él, además, por el senador provincial y ambos, contrariamente a lo que el perremeismo de antaño creyó, vencieron.

Inmediatamente, cuan crónica de una muerte anunciada, las luchas por hacerle la vida imposible a Manuel no se hicieron esperar, algunas desaforadas, otras por debajo de la mesa con campañas mediáticas millonarias de descrédito y bocinas pagagdas por las redespara difamar a todo lo que podría oler a progreso.

El actual alcalde es un producto de la izquierda metódica, de ese peledeismo de círculos de estudios, de esos que se tardaron años en subir pues los conocimientos no son solo para engordar liberos sino que para que cuando necesites aplicar conocimientos, hacerlo.

En este contexto, el mandado del actual alcalde, con oposición interna incluida de algunos de sus compañeros que buscan disparar incluso al PRM con tal de que en el paquete caiga Manuel en un guión cuasi estúpido y seguro tonto de creer que la actual sindicatura no es del partido, y que si le va mal a Manuel la herramienta partidaria podría no ser arrastrada, cuando lo es, este, sin dejarse provocar, logra, ha logrado, la menos hasta ahora, con un alud de críticas descarnadas y planes de explote ocultos pero siempre vistos, sobrevivir.

El que Franklín Marte repitiera ayer junto al nuevo vocero del PRM Jose Ramón Jimenez e incluso el ascenso de Abel Matos quien fuera un fuerte crítico de la incapacidad que ha tenido la administración en la comunicación con los ediles, demuestran al menos por ahora que los planes de explotar la gestión han sido derrotados, de forma aplastante. Es mejor entenderse que pelear cuando el poder está consciente del poder que tiene (redundancia incluida).

El Santo Domingo Este que recibe el actual alcalde Manuel Jimenez y toda la administración fue de desastre total institucional, empleados sin seguro médico, parque vehicular destruido, camiones de limpia de imbornales inservibles, empleomanía mal pagada violando la ley de empleos pues tercerizados unos (sin derechos) y mal pagados otros (sueldos de 5 mil cuando el mínimo por ley son mas de 12 mil), finanzas descarriladas, mercados arrabalizados, descuidados, sucios, cementerios a la deriva, repleto de mafias, espacios públicos completamente invadidos, siendo icónicos la invasión de las avenidas detrás del faro y parque del este además de la nombrada bomba de los mina, bomberos descuidados, cañadas explotadas, vertederos famosos casi en los mapas de gooble como el de Mandinga y La Grua, una ciudad sin ley, de arriba a abajo y claro, una clase política que nunca ha estado a la altura toda vez que casi el 30% de la empleomanía anterior era del PRM demostrando el por que el hoy partido de gobierno nunca hizo oposición mientras los que gobernaban descuidaban y hasta algunos se lucraban con el desastre institucional.

Santo Domingo Este es una ciudad que aun hoy posee zonas con señores de la guerra, caciques de zonas enteras donde imperan sus leyes, barrios que funcionan casi autónomos mientras que el edificio donde hoy está la alcaldía costo 1200 millones de 300 que debió costar y hoy, nadie sabe por que la diferencia, y el pasado gobierno no quiso auditar y quien sabe, alguien un día lo haga.

Santo Domingo Este no es una ciudad cualquiera, es una ciudad sin nombre, una ciudad donde el empresariado no ha tenido el apoyo de los políticos, donde un barrio no conoce los líderes y las buenas personas del otro, donde no existen fuerzas vivas, donde nadie se conoce, donde no hay comunicación entre los ciudadanos y sus fuerzas vivas, donde una lucha ciudadana no recibe apoyo del barrio vecino, donde un político no conoce al líder del barrio y a este le importa un bledo el político.

Santo Domingo Este hay que construirlo porque nunca se construyó como ciudad, a pesar de sus avenidas y tus torres, de sus monumentos descuidados, los pasados gobiernos dejaron una estela de abandono que se logró disfrazar con campañas mediáticas millonarias en los medios de comunicación llamados de «alcance nacional» pero aquí, todo se deterioraba.

Hoy el señor Manuel Jimenez, la administración que encabeza y los regidores actuales luchan por rescatar la ciudad abandonada a su suerte, donde hasta el gran e inmenso busto de Duarte, el más grande del país había sido abandonada, donde la Iglesia primera de America casi no existía, donde no se cultivó el amor por la ciudad pues solo interesaba fuera un gran albergue.

Las luchas política no se harán esperar, nunca se han detenido, pero los que intenten destronar al que hoy habita el cuarto piso ya no podrán hacerlo con mentiras de empleos o de desden y críticas personales, sino que tendrán que crear un plan de rescate, modernización y lo más importante, inclusión, en una ciudad con una juventud que busca progreso, busca ecología, busca participación, busca identidad… los políticos del ejercicio tipo «tirasillas» es el pasado, quedan obsoletos y si no se renuevan pronto estarán afuera, para siempre.

Mañana, por ley de la vida, ni Manuel Jimenez ni todos los que hoy le acompañan o adversan y los que llenan las redes a veces de debates insípidos, sin contenido, de escaramuzas sobre el mortal alcalde en señalamientos personales incluidas ofensas… quedarán todos detras e incluso quien escribe, tambien, pero algo es seguro, nos merecemos una ciudad organizada, limpia, que piense en desarrollo, no secuestrada por políticos mediocres que han pensado en el desarrollo de su poder y los bolcillos de turno. la supervivencia del político hoy solo podrá ser posible si entiende lo que esta pasando en la ciudadania y el empoderamiento Los políticos como todo, también serán reemplazados por mejores, seguro

No se trata de ser tan simplista, anacrónico, medieval, del creer que o se es Manuelista o Antimanuelista, se trata de buscar que por primera vez, al menos, por primera vez, veamos a nuestro alrededor para sentirnos como ciudadanos y pongamos cada quien nuestro grano de arena en la ciudad que merecemos tener, independientemente quien sea su alcalde o alcaldesa porque una ciudad no debe depender de su administrador sino que su principal capital es su ciudadanía empoderada.

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