Entre los llamados «partidos del sistema», el PLD es el único que ha hecho, al menos en Santo Domingo Este, las cosas bien.
El PRM se sumerge en irregularidades y las llamadas vagabunderías que cuan fantasmas del pasado se imponen sacando de boletas a Abel Matos quien, además de haber salido candidato, es una muestra moral de ese partido, una figura a enarbolar para quien busca adecentarse.
El BIS, permite traspiés, el PRD, a última hora trata de tumbar alianzas, luego de una convención cerrada pero en paz… los demás partidos van o aliados… o transitan cuasi mudos.
Mientras nadie puede asegurar cómo es que la Fuerza del Pueblo está seleccionando sus candidatos y, a ciencias ciertas, parece que viola las formas en que la Ley De Partidos establece debe hacerse y van por ahora, «a dedo»… aunque no hay empeño por alguien, aun, de cuestionar estas evidentes irregularidades en el aun no naciente partido opositor.
Aun cuando precandidatos a regidores levantan su voz anunciando irregularidades y todos fuimos testigos del torrente de dinero que matizó las primarias peledeistas demostrando, junto a otros temas, la incapacidad de la institución electoral en someter el delito electoral, desde lo solicitado formalmente por la Junta, el PLD no tiene líos que reclamar… mandaron a convención hasta a la «doña» (Cristina Lizardo).
Al menos hoy, el partido morado, en medio de violenta ruptura soterrada, pensando cada quien en el del al lado, si se va o se queda, aun así, es loable admitir que mantienen la forma, al menos la forma y salvan la credibilidad en unas elecciones que significan el fin de las malas prácticas electorales.