En cualquier evento que se pierda, las organizaciones políticas deberían revisarse a profundidad y producir cambios a lo interno, su dirigencia, sus métodos y eventualmente hasta en los estatutos, sin embargo, la inmovilidad del PLD en Santo Domingo Este demuestra que fue el gobierno quien los hizo crecer y no la capacidad política de sus dirigentes de primera línea.
Cristina Lizardo, ha sido la figura más importante del partido morado compartiendo podium con el fallecido ex-alcalde Juan de los Santos, pero no en el mando institucional, donde el PLD era soportado por dirigentes como Ramón Cabrera y los demás presidentes de Circunscripciones y cargos electos… hasta que un día perdió abrumadoramente frente a un desconocido en una señal de desgaste de la figura y distanciamiento de la dirigencia.
Sin embargo, en la amañada elección al Comité Político, Cristina logra la reelección, con ello su preponderancia en la cúpula que comparte, en lo institucional, con Jonny Pujols, un desconocido joven y con Karen Ricardo que incluso antes de las elecciones ya no se le veía en la ciudad con la disminución palpable de su potencial político.
Figuras como Ramón Cabrera terminan abandonando los cargos de dirigencia en un truculento proceso donde hasta ahora su liderazgo no ha podido ser reemplazado, mientras que su compañero de equipo y diputado, Rafael Castillo, abandonaba las filas para unirse al partido que hoy, cuan vampiro, desangra al PLD.
Desde lo político, los ganadores de las pasadas elecciones fueron, por un lado, Alfredo Martínez pues su apoyo logró diputados y regidores, aunque la cúpula se complotara para no dejarle pasar en su reelección, mientras que del otro lado con mucho peso aparece Ramón Cabrera que logro diputaciones y dos regidurías… pero esos equipos hoy, están en problemas.
Figuras que tuvieron relevancia como Luis Alberto, que logró imponerse sobre Karen que era la preferida de las cúpulas, no pudo pasar, siendo derrotado por un candidato que había ganado en las elecciones del 2016, pero que el complot entre capas dirigenciales del PLD y equipos del PRM que le adversaban lograron el desastre fraudulento recordado con tristeza por la ciudad en un claro desnude del deterioro político y moral de la clase política del municipio.
Luis Alberto para poder competir se alía, en teoría, al diputado Luis Henríquez que luchaba a brazo partido en su propia circunscripción contra los banqueros pupilos de Alfredo Martínez y del otro lado, en la Circunscripción 3, con Francis Gas, diputado, quien fuera traicionado a última hora en las urnas que a la vez eran fuertemente presionadas por las hordas del ex-Alcalde «El Cañero» que le llevaron a la lona de la derrota para ver en sus narices aparecer su «reemplazo».
En el caso del ex-candidato a Alcalde aun hoy no logró reestructurar su equipo, sus asesores siguen siendo los mismos que le llevaron a la derrota, demoestrando otra vez, la ausencia de plan no solo municipal sino sentido común de aplicar FODA ante una derrota humillante.
El municipio verá como parte de sus «peledeistas» irán desplazandose hacia el clon procedimental llamado Fuerza del Pueblo sin que caras nuevas aparezcan, solo cambios de colores pero demoestrando que el liderazgo otrora fuerte se ha debilitado hasta niveles insospechados.
La debacle mostró su rostro en las encuestas efectuadas para ocupar el puesto de candidatura impuesta de Juan de los Santos para las elecciones del 2016 donde se «trampeó» el proceso auspiciado por un dirigente del Comité Político que ofreció «orejitas» y movilizaciones irrespetuosas en plana casa nacional de las «tropas» de uno de los competidores, Alfredo Martínez, que casi impuso por presión y so pena de rebelión allí mismo a la figura que luego, se impusiera como Alcalde en el fatídico día D del 2016 matizado con secuestro de urnas y delito electoral por doquier, en las cuales, como en las encuestas internas («primarias») participó la dudosa moral de la cúpula peledeista que escribía, sin saberlo, la antesala de la derrota aplastante del 2020 donde perdieron Alcaldía, regidurías, diputaciones y senaduría.Para el 2016 el ex-alcalde Juan de los Santos ya estaba harto, ambicionaba (anhelaba) ser senador, seguir en la Alcaldía no era su deseo, pero la imposición de Cristina Lizardo que se recuperaba de una terrible enfermedad y el debo obligado de su jefe político y compadre producían el recule hacia una candidatura no terminada.
El hoy alcalde, cuando aquello diputado y competidor a lo interno del fallecido incumbente, confirma un trato al respeto y la abrupta imposición desde la casa morada.El PLD en Santo Domingo Este tiene las mismas caras históricas de siempre incluso, regidores son hijos de aquellos «dirigentes» de glorias pasadas, pero sus mandos altos están compuestos por los mismos que se dieron codazos, aplicaron trampas a lo interno, se ofendieron y se traicionaron mutuamente, se aliaron al adversario para derrotar al «devenido independiente» renunciante morado, hoy alcalde, dirigentes que han participado en todo lo bueno, pero también en todo lo malo y hoy son co-responsables de la debacle y el desprestigio militante.
Heridas que no han cerrado y ambiciones de eternizarse en sus puestos dirigenciales auguran peores tiempos a los peledeistas en el municipio porque los dirigentes no aplican lo básico, el análisis profundo de la derrota y la toma de medidas, los mea culpas, la reestructuración, demostrando que al final es casi un partido dinástico y lo peor es que la «salida» lleva a una puerta similar… que arrastro consigo los errores, los procedimientos y las historias negras de un accionar anti-Bosch… no hay remedio, por ahora.El PLD en manos de Cristina Lizardo que logra imponer su guion, seguirá siendo sectario, implacable, con los nuevos que no comulguen y eventualmente… tragados por el clon que nació de sus propias entrañas.