Las acciones de una parte del Partido Revolucionario Moderno torpedean las posibilidades de acuerdos, mientras liderazgos creados durante más de una década y otros nuevos, sucumben al no control de tiempos y contextos, llevados por las ganas de imponer su agenda incluso, a espaldas del propio interés del PRM de seguir gobernando en el 2024.
Hora de definiciones en el PRM de Santo Domingo Este, precedido por campañas denostativas, codazos, contratación de voceros para denegar a compañeros, traiciones conocidas y otras por conocer, tiempos de competencia desleal y reuniones con las luces apagadas.
Hasta donde se conoce, las reuniones que dieron como resultado un pacto llamado consenso, pero a puertas cerradas, no cuenta hasta hoy con la venia ni de las principales figuras del PRM a nivel municipal ni nacional y menos, del presidente, que necesita, primero, que este conflicto no se extienda y segundo, que las aguas queden suficientemente calmas como para poder imponer una agenda gubernamental sin problemas.
En este impasse quedaron tendidas figuras importantes que llevan haciendo política en el municipio, pero que, medio desesperados, se han dejado enamorar por la esperanza de poder derrotar en el establo a caballos ganadores y ellos correr solos.
El no entendimiento del significado de Gobierno, Poder y Liderazgo, pare entes que creen que todo emana de una firma cuando lo hace desde la figura, pues, al menos en Santo Domingo Este, no haces nada con imponerte a la fuerza si hacia afuera del PRM no lograrás ser parte del gobierno de Luis Abinader, así de crudo, así de difícil de entender es y por ello veremos un barco en el medio del mar sin velas y sin combustible, a la deriva.
Luis Abinader necesita de liderazgos que no tengan que esconderse para acordar algo, sino que ejecuten de frente, que lo que se acuerde sea en verdadera consulta a las bases y a todos los rincones del partido; no se podrá avanzar y menos, impulsar ni la ejecutoria del gobierno ni los objetivos electorales con acuerdos de aposento.
