opinión @Fdo_Buitrago Fernando Buitrago
Lejos del proceder morado/verde de lavar trapos dentro de casa, Julio Romero fustiga al diputado Rafael Castillo por haberle pedido al Boli que milite verde para dizque hacerle alcalde (ni que fuera mago) si pacta con Leonel Fernández.
En las filas de los partidos herederos (dizque) de aquel PLD de Círculos de Estudio, se pueden dar sillazos y traer a narcos para tumbar candidaturas a presidente pero mantienen un aplomo hipócrita que le llaman «diplomacia».
Barrer hacia afuera no es buena «costumbre», no se le da a los medios las herramientas para destruir la herramienta, que es el partido, la militancia, los acuerdos y todo lo que sucede dentro.
Hoy, la prensa hace su «agosto» gracias a que El Boli, que tampoco es un político formado, saca sus quejas moradas a los medios, por el «chiste de Castillo» y el quille de Romero, antesala de que no solo en los partidos diasporizados y «suicidas» (políticamente hablando) podríamos ver chismes de patio como entretenimiento electoral, sino también, en las verdes hordas de los de Leonel.