Sectores del PRM en Santo Domingo Este han tratado desde el inicio de socavar al gobierno municipal de cara increíblemente, a una competencia tan lejana como la del 2024. Esta guerra ha sido despiadada, aun cuando las apetencias y ambiciones por apoderarse del podium sean políticamente aceptadas… ni el fondo y menos las formas han sido políticamente correctas.
Asi mismo, facciones se empeñan en competir internamente de cara a la también lejana competencia interna por los cargos electivos partidistas municipales y todo ello socava la integridad y necesaria unión del partido que luego de 14 años ganó la alcaldía y la presidencia de la república.
Los dirigentes distan en darse cuenta de que sus acciones día a día en vez de consolidar los espacios ganados funcionan como granadas que colocan en las bases que sustentan sus gobiernos que, a pesar de las incongruencias, dificultades y el no ponerse de acuerdo, son sus gobiernos, sus espacios, son logros.
El entender que no existe un partido donde sus dirigentes están más pendientes a sus proyectos personales que al destino de la militancia y la propia organización política es uno de los temas, posiblemente el principal, que mantiene al partido como un jugador que cree que solo gracias a El su equipo gana y no el esfuerzo de cada persona de los entornos.
La indisciplina y las apetencias personales impera en la dirigencia del partido mientras que no son capaces de articularse y bajar líneas para apoyar las acciones y luchas por ganar tanto de parte de la Alcaldía de Santo Domingo Este, que pertenece a un triunfo partidario como de su Gobierno Central en las manos de Luis Abinader.
El Partido en SDE parece no existir, no plantea posiciones frente a nada ni a nadie y se enfrasca en peleas insípidas, sectarias y llamando a la fragmentación como lo acontecido en la disputa por la Curul vacante que aún no ha terminado sin olvidar la pobre o nulo desempeño de apoyo partidario cuando el luto llego con la muerte del regidor Fausto Aquino (Papito).
Este capítulo, penoso, se matizó brutalmente en el irrespeto de los escenarios sagrados como es la Alcaldía y la Sala Capitular cuando el dirigente Eddy Olivares y la Gobernadora de la Provincia, en un acto indecoroso y puramente político, invadieron el escenario perteneciente a la ciudad y sus ciudadanos para dar señales de apoyo sectario en medio de un conflicto en que participa una candidata vs un aliado y un militante también del mismo partido que la candidata. La intromisión de estas personas que si bien tienen cargos o nombramientos partidistas y un rango, estaban fuera de orden, es una muestra más del desorden y el desconocimiento del respeto mínimo de los escenarios… poco faltó para ahí mismo dieran el saludo partidario y cantaran el himno de la organización.
Cada quien por su lado.
En este fatídico y penoso panorama donde los cargos dirigenciales son solo figureo, es lógico que hoy nadie tenga una posición en el tema de la lucha por el gremio de los Maestros, ni localmente a nadie interese como organización política ni tuviera el apoyo partidista, unido, como un solo brazo, bajando línea a su militancia…
El PRM en Santo Domingo Este languidece y sin poder haber escrito páginas gloriosas en la búsqueda del poder que no fuera impulsado por otros factores, se enfrasca en la lucha interna dejando a su suerte tanto al poder Municipal como al propio presidente de la República.