Un día ser regidor se volvió apetecible más allá del servir o del poder, ahora, se cobraba.
En algunos ayuntamientos del país los sueldos de los regidores son incluso, mayores que los del alcalde.
La constitución manda a que senadores, diputados, alcaldes y presidente de la República en un día señalado del año, rindan cuentas ante sus fiscalizadores, escapándose de este chequeo, los regidores.
El regidor tiene la obligación de legislar, fiscalizar y representar, habiendo muchos casos que se sabe no realizan ninguna de las tres funciones y ni saben, que es ser regidor.
Ser regidor, incluso, necesita preparación, conocer algo de leyes y si acaso, redacción, al menos saberse la ley que les rige pero desgraciadamente, en demasiados casos, ni eso.
No asisten a las sesiones, ni reciben a los municipes que representan, ni someten proyectos de resoluciones y menos, participan en comisiones.
El regidor es el único ente político que se le elije, cobra, pero se puede dar al lujo de no rendir cuentas a nadie.
Año tras año saldrán electos algunos regidores que están preparados mientras otros que pobremente cursaron el bachiller, con pocas condiciones de cumplir con su rol, pero como nadie puede fiscalizarlos, insólitamente, volverán.
@fdo_buitrago