Todos en la Circunscripción # 2 lo sabían, que Alfredo Pichardo coqueteaba con la Fuerza del Pueblo, que ya no se sentía en casa, que se reunía con muchas personas de ese naciente partido que, aunque carente de liderazgo visibles y «sonoros» en Santo Domingo Este, están trabajando como un tsunami anunciado después de ocurrido un terremoto.
El PLD a nivel nacional posee muchos problemas y uno de ellos es el no haber sabido resistir sabiamente el embate verde y colocar como enlaces a inadecuados en un proceso complejo, dejando al lado a militancia de experiencia o de valía.
Algunos no se irán, resistirán en la esperanza de que el secuestrado partido morado empuje y saque a los que como empresa privada lo tienen para si, mientras que otros desde que lo que parece sucederá, que nada cambie, suceda, terminarán cruzando el umbral con casi nula esperanza de algo mejor pero al menos esperando un poco más de respeto.
El camino de Pichardo ha sido tortuoso.
Períodos de intentos fallidos, logra «llegar» de mano del equipo de Cabrera pero cuando intenta seguir no fue el elegido para ocupar la «vacante» que el experimentado político dejaba… entonces, salta, se alía con los otros que le abren una ventana donde asomarse por la que no logra entrar gracias al inadecuado sistema de cuotas y forzó colocando a su hija que pierde en competencia.
Es casi un hecho su paso a la Fuerza del Pueblo… está por ver cuál militancia arrastra en su cruce y sobre todo, en peso y calidad, más allá de cantidad, pues aun la Fuerza del Pueblo en Santo Domingo Este no posee ni un nombre que cause el asombro necesario pero… es un tsunami que recién comienza y depende de múltiples factores el efecto que hará.