Los Finos Hilos entre la Verdad, el Deber, la Lealtad y lo Políticamente Correcto.
La verdad puede demostrar honestidad, dolo, que eres santo, un truan, casi un Dios o peor que el Diablo.
Los hechos pueden salvar tu integridad, estar apegado con tus normas éticas, no manchar tu carrera, no terminar siendo señalado, o… a todo eso, viceversa.
Sin embargo, cuando eres funcionario de un gobierno, cuando tienes jefe político, cuando de ti dependen objetivos más grandes, inmensos, de muchos, hay que tomar decisiones políticas, aun cuando «normalmente», no habría que hacerlo.
Los proyectos políticos tienen niveles, donde el jefe, el de arriba, es el principal a salvar en caso de ataque, terremoto, tsunami, terrorismo, aun cuando este sea mediático… salvar al jefe se convierte en todo, así como Troya según Homero tuvo sus muertos, por amor, miles de hombres y mujeres, millones, han muerto por salvar su Rey.
Si tu actitud se amarra a un cargo o posición, dado o ganado, si no entiendes que todo es temporal, que las tomas de decisiones deben ser inteligentes, si no eres capaz de someter tu status cuo a cambios, apartarte del camino para que se salve el Rey, entonces, no eres político, no te debes realmente al reino y, concluyendo, el resto del reino te sacrificará porque el trono prevalezca, que es lo importante, lo único importante.
@Fdo_Buitrago Fernando Buitrago