«Santo Domingo Este: Del Progreso al Caos en pocos días bajo el Nuevo Alcalde»

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texto: Multimedios LZO

Durante años, los residentes de Santo Domingo Este han experimentado una relativa estabilidad en lo que respecta a la gestión de residuos sólidos. Planificación meticulosa, inversión en infraestructura y una cuidadosa selección de rutas y frecuencias de recolección habían mantenido los vertederos de basura fuera de las principales avenidas de la ciudad. Sin embargo, todo ese trabajo ha sido desmantelado en un abrir y cerrar de ojos bajo la nueva administración del alcalde recién elegido.

En solo tres días desde que asumió el cargo, la ciudad ha sido testigo de un desastre sin precedentes. Las calles se han convertido en un vertedero improvisado, con montañas de basura obstruyendo las vías principales y obstruyendo el tráfico. Los residentes están indignados y perplejos ante la rápida transformación de su entorno urbano en un caos ingobernable.

Lo más preocupante de todo es la aparente falta de acción por parte del nuevo alcalde. En lugar de abordar de frente la crisis que se desarrolla ante sus ojos, el alcalde se dedica más a producir videos para las redes sociales, en un intento desesperado por mantener una imagen positiva frente a la opinión pública. Estos videos, llenos de retórica vacía y promesas vacías, son difundidos a través de una legión de seguidores robotizados, que elogian ciegamente cada movimiento del alcalde, sin importar cuán desastroso sea su desempeño.

Lo que es aún más decepcionante es la reciente incursión del alcalde en la vecina Ciudad Juan Bosch, presentándola como un acto de «auxilio» en medio de la campaña electoral. Sin embargo, esta acción es más un recordatorio de su incompetencia que una muestra de liderazgo efectivo. Al asumir el cargo, el alcalde asumió la responsabilidad de gestionar no solo su propia ciudad, sino también de trabajar en armonía con las comunidades circundantes. Es su deber garantizar el bienestar de todos los ciudadanos, no solo aquellos que pueden brindarle apoyo político.

Este desastre urbano no solo afecta a los ciudadanos de Santo Domingo Este, sino que también tiene repercusiones políticas más amplias. El presidente y el senador, ambos del mismo partido político que el alcalde, se ven afectados por la incompetencia y el descuido de su compañero de partido. En medio de una campaña electoral, este caos urbano pone en peligro la confianza del electorado y socava los esfuerzos del partido por mantener el poder.

En resumen, el nuevo alcalde de Santo Domingo Este ha demostrado ser un completo desastre en términos de gestión urbana. Su incapacidad para contener la crisis de basura y su enfoque equivocado en la propaganda en lugar de la acción efectiva son una afrenta a la confianza y el bienestar de los ciudadanos. Es hora de que el alcalde deje de preocuparse por su imagen en las redes sociales y comience a abordar los problemas reales que enfrenta la ciudad. El futuro de Santo Domingo Este depende de ello.

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