La intermitencia, enemiga de los equipos eléctricos, sobre todo refrigeradores, es la costumbre en Santo Domingo Este… la luz se va dos segundos, 5, y regresa.
Desde que cae una gota de agua comienzan las interrupciones, pequeñas o grandes, además del vaivén de cambios de voltajes perfectamente apreciables en cualquier lugar de la ciudad.
En algunos barrios se quejan los ciudadanos, incluso, de eventuales actos de corrupción asociados a los camiones tipo «canasto» y guaguitas, convirtiendo la «voz popu» en desprestigio a la institución.