Sequía amenaza el suministro de agua

Santiago. La presa de Tavera baja entre cinco y diez centímetros por día, para situar su cota en 317 metros con 45 centímetros, lo que indica que Santiago y otros pueblos del Cibao están frente a una gran sequía.

Para esta época, lo normal es que los niveles de la presa estén entre 324 y 325 metros cúbicos sobre el nivel del mar, según precisan las autoridades de Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan). Para garantizar un servicio estable la cota debe de estar en los 320 metros cúbicos.

“La situación actual es de época de sequía y es preocupante, hay que irse preparando para un mejor uso del agua”, precisó Darío Fernández, director de comunicaciones de la entidad acuífera.

La escasez de agua potable no es exclusiva de Santiago y sus municipios, sino que también afecta los pueblos de la Línea Noroeste, pues los ríos y presas que le suplen agua han disminuido su capacidad. La situación ha causado estragos en la ganadería y la producción agrícola de esa zona.

Las quejas

La precariedad en el servicio ha comenzado a generar quejas en la población y ayer residentes en el sector Callejón de Los Polanco, en Tamboril, volvieron a protestar con una marcha pacífica ya que desde hace casi un mes no reciben agua en sus hogares. Se quejan de que a pesar de que no reciben el líquido, la factura síles llega sin reflejar cambios.

Las autoridades de Coraasan desvincularon la situación de la escasez y dijeron que esto obedece a que la bomba que impulsa el agua hacia ese sector se dañó y que hacen gestiones para reemplazarla. Para llevar aliento a las familias afectadas han dispuesto llevar agua en camiones, pero la gente se queja de que es insuficiente. Mientras, sectores como la Jagua, Matanza Los Ciruelos y el municipio de Baitoa llevan ya tres semanas sin recibir el vital líquido.

La solución es que llueva y construyan acueductos

En el caso de Santiago, las autoridades de la Coraasan esperan que con la terminación de la construcción del acueducto de Cienfuegos que se contempla concluya a finales de este año, el servicio experimente una sustancial mejoría. Mientras en el caso de la Línea Noreste la esperanza de ganaderos está en que llueva y en que el Gobierno les auxilie.

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