Santo Domingo Este, el corazón palpitante de la República Dominicana por su densidad poblacional, ha sido traicionado una vez más. Lo que Manuel Jiménez logró con esfuerzo —un sistema de recolección de basura municipalizado, con camiones propios y una promesa de orden— ha sido desmantelado por la actual alcaldía. En un giro que muchos atribuyen a envidia o simple ineptitud, la gestión decidió devolver el control a las empresas privadas que Jiménez había expulsado, esas mismas que convirtieron la basura en un negocio sucio y no en un servicio público.…
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