Por Roberto Veras.
La cultura lo es todo en un ser humano, nos dice lo que está bien y lo que está mal, y nunca podremos escapar de la cultura con la que crecemos. En la mayoría de los municipios del país, la gente no tiene ningún reparo en tirar basura en las calles, en los campos o en los ríos.
Por educación no es recomendable arrojar desperdicios de ningún tipo a la calle, por civismo se debe respetar el espacio público no tirando basura en lugares indebidos, y por respeto al medio ambiente.
Desde que el alcalde de SDE denunció que las compañías que prestan servicios de recolección de desechos sólidos al ASDE no estaban preparada con los equipos para realizar su trabajo, de inmediato comenzaron a enviar los camiones compactadores a cuenta gota para provocar la crisis que tenemos.
Se ve mal tirar la basura en la calle, porque es faltarse el respeto a sí mismo, pero es peor aún tomar un camión, recoger basura, para luego lanzarla en una avenida, eso es un acto criminal que debe tener consecuencia jurídica.
Cabe destacar que detrás de estas acciones criminales hay intereses políticos y empresariales, no son casos aislados, pues los actores de este vandalismo no son desaprensivos, son acto focalizado a empañar la alcaldía y al gobierno central, es por ello que debe haber consecuencia.
¿Por qué no se debe botar la basura en la calle?
Genera un mal aspecto a nuestro municipio, debido a esto la alcaldía trabaja arduamente para mantener limpias las calles y así poder dar un mejor ambiente al municipio.
En el caso de los desperdicios orgánicos es relativamente permisible depositarlo en un jardín, pero por otro lado no es recomendable dejarlo tirado porque puede generar moscas, esto ya queda al criterio de cada quien.
En el caso de los desperdicios inorgánicos, bajo ningún motivo ni circunstancia deberían ser arrojados a la vía pública, porque aparte de la contaminación ambiental también se encuentra la visual.
Todo mundo debiera tener conciencia ecológica para darse cuenta que el arrojar la basura en la vía pública es un acto de mala fe contra la sociedad en general.