Los vecinos de la abandonada construcción del mercado de Pekín denunciaron que si la obra no se termina tendrán que irse de ahí, porque no resisten la pestilencia y los actos impúdicos que se producen en las noches.
El mercado fue levantado en la gestión de Gilberto Serulle, pero no se concluyó y al alrededor están los tarantines destartalados, construidos con materiales sobrantes que también entorpecen a los vehículos que por allí circulan, a los negocios que hay en el frente y a los transeúntes.
“Si lo que quieren es matarnos, lo harán. Porque es que ya es insostenible la situación. Aquí tenemos problemas en las noches con personas que vienen y hacen sus necesidades en los módulos. Tenemos a otros que vienen hasta a tener sexo. Aquí se escucha de todo de noche y nosotros no dormimos”, expresó María Román, residente en la zona.
María Román asegura que el entorno no es bueno para los cientos de menores del vecindario, porque a ellos nada les he ajeno.
“Los niños tienen que soportar pasar por el frente del mercado cuando vienen o van para la escuela y ven de todo. No entiendo cómo es que las autoridades del ayuntamiento, no se toman en serio el acondicionar este lugar por el bien de todos”, dijo.
También explicó que, como las casetas se encuentran prácticamente en las calles, son innumerables los choques entre vehículos y motores, además de “los desperdicios y la basura que deja el mercado, uno tampoco duerme con la turba de mosquitos que hay”.
Para Santos Arias el alcalde Abel Martínez debe terminar esa obra por el bien de la comunidad.
Sobre ese aspecto dijo que ciertamente los vecinos viven temerosos de que en algún momento se desate un problema entre bandas o que la insalubridad que existe en el lugar afecte la salud de los ciudadanos.
