Sin que exista una justificación lo suficientemente válida, luego de varios meses de los camiones «estar pasando» en cumplimiento de las rutas y frecuencias, los puntos de vertederos siguen vivos.
Los «tirabasuras» son en un mayoría «carretilleros» que se meten en los barrios y hasta en residenciales y los ciudadanos les entregan la basura por unos pesos, con la irresponsabilidad del saber que de ahí, la tirarán a un vertedero.
Los vertederos engordan todos los días. Los camiones pasan y a la media hora, aparece la basura otra vez.
Han pasado varios años, la alcaldía ya posee camiones propios en dos circunscripciones que trabajan incluso de madrugada, pero no han podido atacar este grave problema pues podría llevar, incluso, a «meter preso» a personas de muy bajos recursos que por desgracia, es de eso que viven.
La Alcaldía tiene la obligación de acabar con este mal que es casi endémico de la ciudad, con la necesaria campaña publicitaria a la población de los barrios donde ya los camiones «pasan», que ha estado ausente como compañía constante, perenne de los propósitos comunicacionales de la institución.
Es hora.