El error político de Manuel Jiménez de seleccionar a una joven perremeista para vicealcaldía, hicieron emerger el tema de esa plaza, siempre codiciada y negociable por los candidatos.
Las tropas de Katy salieron a vender la ex-competidora del H20 que no llego a primarias, mientras algunos denigraban la seleccionada por Manuel, aun cuando Katy anunciaba que no seria «vice de nadie» que saliera vencedor en el pasado 6. Ese día fatídico, se evaluó además si el fin del PRM seria complacer al sector perdedor en las elecciones internas pues, si fuera así, debería ser alguien del equipo de Dioris Astacio, mientras que si por la lógica del tranquilizar perdedores era, entonces Luis Alberto debería seleccionar a Karen en primer lugar y si no, a El Cañero, como vice.
El PRM hoy no tiene candidato(a) a vice y Luis Alberto, candidato por el PLD, ni habla de ello, por ahora, mientras el diario local delazonaoriental.com adelantaba que tres perredeistas se disputaban la plaza a ser negociada con el PLD.
El cargo de vice, en tiempos modernos, debe, casi por obligación, ser reservado a una mujer si el candidato a alcalde es hombre, pero aun así, estos no deben ser los parámetros a tener en cuenta, sino el caudal de votos que el seleccionado(a) representa, o la carga moralmente viable, en la sociedad que permita al eventual futuro alcalde, llegar a su destino triunfador.
Katy tal vez podría ser opción, siempre y cuando se evalué su aporte en votos o en imagen, su selección, mientras que el PLD de, con esta nueva ruptura, posiblemente evalúe más de una vez darle esa importante plaza a un aliado sin no antes, evaluar, otra vez, el parámetro de qué aportaría la designación en cuanto a caudal de votos, recursos, peso moral, impacto mediático y otros tópicos importantes e incluso, medibles, de cara a una batalla electoral y el garantizar el triunfo.
¿Por qué el vice debe ser político, por que el vice debe ser del mismo partido, por que la política adolece el criterio de encerrarse entre rejas?.
Santo Domingo Este posee un caudal inagotable de hombres y mujeres con gran peso social, empresarios, líderes comunitarios, entes de la comunicación, religiosos, emprendedores, sector educativo, salud, deporte, íconos de las circunscripciones que eventualmente podrían apoyar con más votos y ser mejor vistos que la propia militancia.
El sectarismo y el pensamiento de que la política es solo de dinero, de repartir recursos, de acudir a tener parte gananciosa a punta de «escopeta», pertenece al pasado. Un vice (o una) debe ser la persona que aporte moral, sobre todo, pero además, garantice votos fuera de la militancia, hacia afuera, pues una competencia electoral abarca todo votante y, aunque las opciones reseñadas son válidas y valiosas por si solas, habrá que emplearse a fondo sin minimizar al contrario, tratando de maximizar, en una designación, las cualidades del elegido de cara a la sociedad.